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  1. 2.- Capítulo "McDonals & Something Else"

    sábado, 4 de febrero de 2012

    2.- Capítulo

    –Tengo hambre– Dice la chica justamente cuando estaban entrando por la interestatal. Las luces de Nueva York le dan hambre. Mucha. 

    Quería una hamburguesa.

    Connor da un suspiro cansado y comienza a hacer un croquis en su cabeza de el lugar de comida rápido más cercano que había.

    –Pues hay un Carls Jr. a unas cuantas cuadras de aquí...– Comienza él pero ella lo corta.

    –No. Tiene que ser McDonals. McDonals te hace feliz– Canturrea y él comienza a preguntarse si ésto era una buena idea. 

    La chica parecía que volaba en las nubes en vez de estar en la realidad.

    –OK...– murmura él y ella asiente. Feliz.

    Entran a Manhattan y Skylar observa las luces a su alrededor. Son tan bonitas. Las quiere tocar, y abrazar y decirles que son hermosas.

    –Sería increíble abrazar una luz– Dice ella y él enarca una ceja.

    Era necesario que encontraran un McDonals. No creía soportar más sus comentarios amorfos sobre la vida, el ambiente, y la gente.

    –Te amo... mundo–Murmura ella y él articula un "¿Qué mierda?" a nadie en específico. 

    Sí. Un Mcdonals lo salvaría de ésto.

    ...

    ¡Jurarías que ésto es tu casa!

    Pent House, mejor dicho.

    Es lo mismo… tienes demasiado dinero.

    El suficiente para sobrevivir…

    …Cinco vidas enteras viviendo como Madonna.

    Probablemente, y hasta como Elton John.

    ¿Quién eres en realidad?

    –Eso depende, ¿Quién quieres que sea? Pregunta Connor y una sonrisa se pinta en sus labios.

    Skylar no contesta, realmente no le interesaba quién podría llegar ser o no. Lo único que en este momento tenía su atención entera era la cajita feliz de McDonalds que llevaba en las manos. Tenía un antojo irracional por una hamburguesa desde hacía días, y ¿qué mejor que disfrutarla con una de las mejores vistas de todo New York?

    La muchacha se deja caer en el sillón, sube sus tenis desteñidos a la muy, demasiado, costosa mesita de café y se dispone a comer su cajita. La sonrisa que adorna sus labios parece la de un niño en la mañana de navidad; inclusive parecía que ilumina todo lo que tiene a su alrededor, todo… inclusive la negrura de la cual Connor venía acompañado.

    Él la observa, entretenido. Le impresionan todos y cada uno de sus gestos, es como estar viendo una obra de arte demasiado interesante. Quería encontrarle todos los detalles visibles e invisibles.

    ¿Cuántos años tienes?– Murmura él. Hace cálculos en su cabeza y no le ve más de 19. Pero tampoco menos de 17, y eso era bueno. No quería tener problemas con la autoridad por ella.

    ¿Por qué te interesa saber cosas que no tienen importancia? Pregunta Skylar mientras embarra el sobrecito de Ketchup en su hamburguesa.

    Para mí es importante Contesta Connor y va hacia la mesita que tiene en la esquina, toma un vaso y se sirve un Bourbon.

    ¿Y eso? ¿Te va a importar en dos minutos? ¿En una hora cuándo me estés penetrando tan fuerte que lo único que te importe sea que gima tu nombre en tu oído y te encaje las uñas en la espalda para que sientas más placer? “Connor… Connor… ¡Connor!” – Gime con un tono que no deja demasiado a la imaginación, se ríe y se lleva la hamburguesa a los labios. Connor la observa con la boca abierta. ¿Qué era ella? ¿Era humana, acaso? Nadie, jamás, le había contestado de esa manera. Ni siquiera el mismísimo Patrick… Nadie tenía las agallas suficientes para desafiar a Connor. Sea porque sabían de lo que era capaz o porque tenía una vibra pesada, pero nunca había encontrado a alguien que fuese tan... ella.

    No, linda. Créeme que tu edad es lo que menos me va a importar cuando esté encima de ti y te haga gritar. Simplemente es un dato técnico que requiero para no meterme en problemas con tus padres- Contesta él, le quita la papa frita que ella se estaba llevando a los labios, se la come y le sonríe.

    Me gusta estar arriba, no me gusta que me aplasten Contesta la chica. Skylar parece inmune a este tipo de temas. Pareciera, desde afuera, que los dos hablaban del clima y no de temas sexuales que, aunque no quieran aceptarlo, empezaban a hacer estragos en sus cuerpos.

    Los dos se quedan en silencio, apreciando la increíble vista del apartamento de Connor. New York frente a ellos, iluminado bajo el velo oscuro de la noche. El apartamento estaba en penumbras, así que la belleza de la ciudad brillaba aun más.

    Skylar sigue llevándose comida a la boca, masticando y disfrutando aquel sabor que le traía tantos recuerdos. Connor tenía su mente dividida entre ella y sus sonidos. Se preguntaba si así sonaría cuando estuvieran teniendo sexo.

    La idea de tener sexo con ella había ocurrido de un momento a otro. Sin que ninguno de los dos lo planeara. ¿Por qué? Jamás se había sentido tan atraído por alguien como lo hacía con ella. Jamás… nunca, ni siquiera con aquella persona... ni siquiera con ella, la mujer que tenía prohibido repetir su nombre. l

    Me gustas… Murmura él y se impresiona de lo fácil que le salió decirlo. Ella asiente y sigue comiendo.

    –Eh ahí el problema  Contesta Skylar y muerde la última parte de su hamburguesa.

    ¿Por qué?

    Porque…– Y su tono de voz es casi cantarín te diría que no soy buena para ti, pero los dos estaríamos mintiendo. Soy mala, y eso es lo que te gusta. Soy mala y sabes que tienes demasiadas posibilidades de perder conmigo. Pero, eso no te importa, ¿Cierto?, Conozco a los de tu clase… sé que lo único que quieres hacer en este momento es desnudarme y meterme en tu cama; yo también lo deseo, no pienses mal. Y sé que tú también tienes algo demasiado oscuro… y eso es lo que me atrae de ti. Que careces de luz, al igual que yo Susurra ella y él asiente. Ella tiene razón, y Connor no puede negarlo. No hay demasiado qué decir después de eso.

    ¿Por qué me salvaste? Pregunta Skylar y se gira para observarle.

    Si te dijera que no lo sé…

    Te diría que te estás mintiendo. Lo sabes a la perfección.

    Te lo digo si tú me dices tu edad.

    Ella sonríe, con tristeza.

    Prefiero quedarme con la duda.

    Igualmente Contesta él y sonríe.

    ¿Entonces? ¿Me vas a besar sí o no? Pregunta Skylar y se acerca peligrosamente a Connor. Él la observa, extasiado, y abre sus brazos para que ella se acerque por completo.

    A Connor le excitaba la idea de tener relaciones sexuales con alguien menor de 18, sólo que las consecuencias de eso le molestaban demasiado. Skylar, a pesar de su rostro de niña, se veía que estaba rota. Una muñeca rota y muy experimentada. Y si iban a eso, se contaban los años por la experiencia, ¿Cierto? Entonces, por la manera en la que Skylar ahora le quitaba la playera tan salvajemente, ella tenía demasiados años. Cientos.

    ... inclusive miles…

    Connor la toma de la cintura, en un rápido movimiento la pone debajo de él y deja besos en sus parpados, su nariz, la comisura de sus labios, su cuello… todo, menos la boca.

    Skylar levanta la cadera y abre más las piernas para sentirle más cerca.

    ¡Bésame! ¡Ya! Demanda ella y él sonríe.

    Lo que gustes…- Murmura y sus labios se unen a los de la muchacha tan suavemente que parece como el toque de una mariposa.

    Odio… que… hagas… eso Las palabras salen cortadas por la respiración errática de Skylar.

    Dime qué es lo que quieres Las manos de Connor se resbalan lentamente por la espalda de ella y en un fluido movimiento le quita la sudadera, exponiendo una playera de tirantes blanca abajo. Sus dedos acarician tan… tortuosamente las costillas de la chica que parece como si las estuviese dibujando.

    Quiero que me ruegues… Gruñe él y una de sus manos jala el pelo de Skylar para dejar expuesto su hermoso y blanco cuello. La lengua de Connor encuentra un punto y lo traza, para luego succionarlo lentamente con sus labios.

    Un gemido sale de la boca de la chica.

    Quiero sentirte... Jadea ella y Connor niega con la cabeza.

    No, hasta que no me supliques por hacerlo Contesta él y desabotona los Jeans de la chica, sus dedos recorren el elástico de su ropa interior, pero no pasan de ahí.

    Skylar deja escapar un gimoteo y Connor se carcajea. Los sonidos son magníficos.

    Tócame… Jadea ella y Connor mete, lenta y tortuosamente, la mano en su ropa interior. Los dos dejan escapar un siseo al sentir el contacto.

    Skylar mueve sus caderas para buscar un poco más de fricción, y abre más las piernas. Connor usa la base de su mano para tocar con suavidad su clítoris y deja escapar un gruñido al sentirlo.

    Estás tan… mojada susurra Connor y con su dedo pulgar comienza a masajear aquel punto de placer. Skylar se retuerce con cada movimiento, y el ambiente se llena de gemidos y… algo más.

    Skylar se quita su playera de tirantes y deja expuesto su torso. Connor está maravillado. Si bien, sus senos son demasiado pequeños, son perfectos. Perfectas montañas con pezones rosas que se endurecen bajo su mirada.

    La chica lo toma del cuello y lo jalonea hasta que la boca él está sobre sus pezones. La lengua de Connor sale lentamente y humedece con un lengüetazo. Skylar se desespera y lo jala más del cuero cabelludo para que Connor la pruebe, pero no. Si bien, el único cambio que hay es que el chico masajea más rápido su clítoris.

    Connor sonríe, le encanta llevar a las mujeres al límite antes de tener sexo con ellas. En este caso, le está costando demasiado trabajo, porque los sonidos que hace Skylar son lo suficientemente excitantes como para hacerlo venir en sus pantalones como si fuese un adolescente.

    Quítate los pantalones Exige él y Skylar obedece al instante. La necesidad de un buen polvo es demasiada.
    Connor se quita los suyos y los dos quedan en ropa interior. Connor toma de la mano a Skylar y la lleva por las escaleras, hacia su habitación. Al llegar ahí la toma de la cintura, la gira y la atrae hacia sí mismo para que su redondo trasero esté contra su erección. 

    Skylar gime al contacto y sonríe. Esto iba a ser demasiado divertido.

    Connor la toma del cuello y la obliga a agacharse. Skylar pone sus dos manos en la orilla de la cama mientras Connor baja su ropa interior lentamente.

    Ahora quién es el que está ansioso Murmura ella y él gruñe.

    Las manos de Connor bajan desde la espalda de Skylar hasta su firme trasero, y ahí sus manos sueltan una nalgada que se escucha demasiado fuerte.

    Más… Suplica Skylar y él lo vuelve a hacer. La piel debajo de sus manos comienza a volverse roja  y sonríe sardónicamente. Ama hacer eso.

    Condón, no quiero que me pegues enfermedades Skylar sonríe al escuchar a Connor quejarse.

    No tengo enfermedades, no soy tú Contesta él, pero va, resignado, al cajón de su mesita de noche.

    No lo arruines, Connor– Canturrea ella y se carcajea.

    Hmmp… Es su contestación. Connor regresa con rapidez detrás de ella, saca el condón de su empaque, se lo pone y suspira con satisfacción. Ahora... ¿En qué estaban?

    Connor se posiciona detrás de la chica y vuelve a darle otra nalgada. Skylar respira y jadea al mismo tiempo.

    -¡Rápido!- Chilla ella, y él se carcajea. Se mete de un tirón dentro de ella y aumenta su ritmo, desesperado, para luego hacerse lento.

    ¿Lo quieres? ¿Quieres sentirme dentro de ti? La jala del cabello y levanta su espalda. Ahora el cuello de Skylar está expuesto para él y aumenta el ritmo en sus caderas. Skylar gime y lo toma de la nuca.

    Más… fuerte Connor la toma del trasero, la separa de él y la vuelve a penetrar con fuerza. Ella gime y cierra los ojos. Demasiado bueno.

    Una de las manos de él va directa hacia el clítoris de Skylar y lo masajea. Ella grita, el places es demasiado.
    Más y más y más y gemidos y gemidos y sensaciones. Él la toca y ella se retuerce y viceversa.

    La habitación se llena de olor a sudor, mandarina, menta y… sexo. Todo demasiado intoxicante, todo demasiado fuerte… demasiado fiero.

    Las manos de Connor se quedan marcadas en sus caderas y los gemidos de Skylar se queman en su memoria. Llega a un punto en el que los dos se pierden en la inmensidad de las sensaciones. Todo a su alrededor deja de existir y sólo quedan ellos, uniendo sus cuerpos en un delirio increíble.

    Pasan minutos, ¿Horas?, ¡Podrían pasar días y todo esto sería perfecto! ¡Podría pasar la vida entera y ninguno de los dos se movería de ahí!

    Vente para mí, Skylar Gruñe Connor y acelera el movimiento de sus caderas. Ella gime y se deja llevar por el vaivén.

    Ese ya muy conocido cosquilleo en sus pies y manos se hace presente, el calor que su bajo vientre emana es tan… familiar. Ella sonríe y sabe lo que viene después
    :
    El aire se va de sus pulmones y un placer le recorre el cuerpo entero. Empezando por la punta de sus dedos y terminando por sus cabellos. Era como cuando era niña y comía pastelillos de chocolate. Era como elevarse a otro mundo.

    Connor jadea y entierra su rostro en el cuello de Skylar. En un momento de inconsciencia abre la boca y muerde la piel que tiene frente a él. Ella grita, pero también se ríe. La manera en la que todo esto se ha desarrollado es demasiado graciosa.

    Connor siente como su cuerpo comienza a relajarse y se deja ir. Ama esa satisfacción que queda después del acto. Él lo veía como el placer que quedaba después de que algún  incendio se terminara… sólo quedaban las cenizas y los recuerdos.

    Con una última penetración y un gruñido, todo queda en silencio, sólo sus respiraciones entre cortadas se escuchan, sólo ese malsano olor a sexo taciturno y sudor humano queda en aire.

    Connor se quita de detrás de Skylar y se tira en la cama, respirando por la nariz y por la boca.

    Wow… y yo que pensé que tendrías más… condición La risa de Skylar no se hace esperar y le perfora a los oídos.

    Connor enarca una ceja y la observa. La luz de la luna baña su cuerpo, y sus lunares esparcidos parecen una constelación. Su cabello cae, mojado, por sus hombros, tapando sus pezones rosas que son perfectos. Su rostro… su rostro es como el de un ángel, un ángel que ha sido condenado al infierno. Un ángel caído. No se ve inocente, por desgracia ya no. Sus facciones son demasiado oscuras, demasiado maduras para la expresión de su rostro. Sus ojos verdes, detrás de ese cinismo que la caracterizaba, se veían… rotos. 

    Vacios.

    Por un segundo, un simple segundo…. Connor siente melancolía por ella. Pero luego desaparece con la misma facilidad con la que había llegado. Él no sentía, ni quería sentir nada por absoluta y totalmente nadie. Ese no era él y no iba a comenzar con ello sólo por ésta chica.

    ¿Cuántos años tienes? Murmura y ella sonríe. “Parece la sonrisa del gato de Alicia en el País de las Maravillas” Piensa él.

    ¿Por qué deseas tanto saberlo? Pregunta ella y se deja caer a un lado de él. Connor voltea su rostro y la observa. El contraste entre la piel blanca de Skylar y sus sabanas negras hacen una visión erótica increíble.

    Simple curiosidad Y era cierto, en parte… y en parte, también, porque quería saber si había cumplido aquella fantasía oculta que tanto había deseado.

    Skylar se gira, acostada de un lado para poder observarlo mejor. No sabía qué tenía éste extraño que le hacía querer contarle todos sus secretos…y aun más. Era demasiado raro, e inclusive… gracioso.

    Necesito una línea… Susurra ella y comienza a levantarse para ir por su mochila, pero la mano de Connor la detiene.

    Eso puede esperar Murmura él y ella, al ver la intensidad en su mirada, se deja cae de nuevo con un suspiro.

    ¿Nombre completo? Pregunta él y ella se ríe.

    ¿Esto es “20 preguntas después del sexo para Dummies” o qué? Y vuelve a dejar salir una carcajada. 

    Connor lucha para contener su sonrisa, pero falla. Le encantaba el hecho de que no su boca no tuviese filtro. Que dijera lo que tenía en la mente. Era… refrescante.

    ¿Nombre completo? Insiste él y ella suspira.

    –Skylar Fenderson Contesta ¿El tuyo?

    –Connor Blake. ¿Color favorito?

    Blanco. ¿Por qué tienes tanto dinero?

    Herencia familiar. ¿Caricatura favorita?

    Tom & Jerry. ¿Aparte de adicto al sexo a qué te dedicas?

    CEO de una compañía. ¿Por qué tu mochila es de “Hello Kitty”?

    Porque me gusta la jodida gatita. ¿Primer beso?

    A los 4 años. ¿Qué… ¡Espera! ¡No me mires así!

    Skylar lo observa como si le hubiese salido una cabeza más.

    Y yo que pensaba que yo era la que cargaba con el monopolio de precocidad Murmura ella.

    Connor sonríe y mueve su rostro hasta que sus labios están unidos. Pero no de una manera sexual, ni erótica. Era sólo para pasarse aire. Skylar exhalaba, él inhalaba y viceversa. Los dos cierran los ojos y se dejan arrullar por los sonidos a su alrededor.

    Connor comienza a caer en un letargo, su cuerpo está exhausto después de los acontecimientos de toda la noche, y quiere descansar.

    Lo último que sus ojos observan es el rostro adormilado de la chica que descansa entre sus brazos.

    Lo último que huele es ese familiar aroma a Mandarinas…

    Lo último que siente es un suave beso de los labios de Skylar.

    Lo último que escucha es la palabra “Quince” y después…

    …Después todo se vuelve negro.

    ***
    :D Las amo, ¿ya les dije eso?, por ahí me preguntaron en quién basé mis personajes y aquí les dejo la lista.

    Skylar: Sky Ferreira.
    Connor: Matt Boomer.
    Patrick: Chris Evans.
    Monique: Scarlett Johansson.

    ¿Opiniones?

  2. 5 comentarios:

    1. :') Lo amo, sin duda, mi hermosa Droga... =B *suspira ensoñadora* Pero eso ya lo sabes. C; Espero el next, dude! (Y) ;D TKM! <3

    2. Verota dijo...

      ¡Quince!

      Vaya que es precoz la niña... y esto recién comienza.

      Nos leemos

    3. Iii dijo...

      ¡¡Ah!! Quince... es una niña que de niña no tiene nada. Dios, este polvo es épico XD

      Bueno, ahora se nos viene la trama, espero el otro cap :D

    4. bellybellsn dijo...

      aaaaaaaaaaaay que buenoooo que esta bomer!! jajajajajaja
      insisto con que me encanta y me vas a ver por aqui seguidoooo!
      jajajajaja un beso :3

    5. rosi dijo...

      Bueno esos dos no pierdden el tiempo!! me ha sorprendido que tenga 15!! le daba un poco mas...Me has dejado intrigada quien es "ella" la mujer del nombre prohibido... espero que subas pronto un nuevo capitulo

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